El día jueves 25 de
enero del 2018, los alumnos de la facultad de Comunicación fueron citados, por
su profesor de Taller de periodismo, Martín Hernández Alcantara, a cubrir un
evento efectuado en el Congreso del Estado de Puebla. El evento iniciaba a las 10 de la mañana, pero
los estudiantes tenían clase hasta esa hora, por lo cual tuvieron un retardo de
40 minutos, causado por el traslado. Al llegar al lugar dicho los jóvenes se
toparon con un problema, un molesto problema, ya no había cupo, por lo cual el
profesor de periodismo les encomendó otro trabajo, hacer una crónica.
Aproximadamente a las
11 de la mañana, el grupo de chicos se dirigieron al Zócalo de la ciudad de
Puebla, con la misión de encontrar algún tema para realizar su crónica, al
principio nadie de ellos sabia de que tratarían sus crónicas, el sentimiento de
preocupación llego a sus corazones. Se reunión y empezaron a platicar sobre a
donde ir para poder encontrar algo interesante que contar en su crónica.
Su travesía comenzó a
las 11:20 de la mañana, teniendo de punto de partida el Zócalo poblano,
empezaron a caminar por la avenida Reforma, dirigiéndose a la fuente de San
Miguel Ancargel, ubicada en el punto centro del lugar. Se pararon por un momento y vieron a su alrededor
buscando algo interesante para contar, su búsqueda no empezó a dar frutos, pues
era jueves y no había mucho movimientoen la ciudad, como el fin de semana. Pero
su suerte cambió, pues ahí en ese lugar se encontraban unos turistas con rasgos
asiáticos, todos los alumnos los observaban y algunos tomaban como opción hacer
un text a cerca de ellos, comenzaron a tomar fotos discretamente, tomando
planos dónde ellos salieran, para que no se dieran cuenta y no fuera incomodo
para los mismos.
Los minutos pasaron y estas personas asiáticas se
acercaron al grupo de jóvenes, con sorpresa los turistas pudieron tomarse unas
fotos con ellos, estos estudiantes aceptaron con gusto y entre sorisas y risas
las fotos fueron tomadas, unas fotos serían llevadas a Asia y otras se
quedarían en México, siendo el recuerdo de un momento divertido, sorprendente y
inolvidable. Después de esa escena comenzaron los preparativos para una rápida
y dinámica sesión de fotos.
A las 11:40 todos los alumnos de Comunicación
iniciaron una travesía para encontrar algo de comer, pues el hambre se hacía
más presente en sus estómagos, recorrieron lo que faltaba de la avenida Reforma
hasta llegar a la calle 2 Norte, siguieron caminando sobre la avenida 2 Sur, se
toparon, a un lado de la Biblioteca del Carolino, a un señor de edad avanzada,
muy feliz, tocando el saxofón, se detuvieron y tomaron algunas fotos. Llegaron
a la esquina de la calle 6 Sur, donde
alguien alzo la voz y propuso ir a comer al Café Milagros, un lugar muy
colorido donde se refleja muy bien la cultura mexicana, la música es respetable
para todo público, el ambiente es muy agradable y con una temática muy singular
“El Milagrito”, listones con recuerdos plasmados en tinta de lapicero o pulmón,
emblemático para algunos de los jóvenes. En ese lugar se encontraron a más
compañeros que coincidieron al elegir en donde comer.

Terminaron de comer y tuvieron la idea de dejar su Milagrito con los nombres de todos, juntaron el dinero para pagar la comida y felices se retiraron del Café, al salir se toparon con el resto de su grupo, sonrieron y se saludaron para después despedirse. Su siguiente destino de estos alumnos era la parada de camiones, donde tomarían uno para poder llegar a su próxima clase, a las 2 de la tarde, en su facultad de Comunicación, ubicada en el Complejo Cultural Universitario, Aproximadamente a la 1 de la tarde tomaron la ruta Azteca, la cual tardo un poco más de lo pensado. Arribaron al su destino pasado de las 2 de la tarde, bajando del camión, empezaron a caminar rápidamente hacia su facultad, donde tomaron su última clase del día, lenguaje audiovisual, concluyendo su día con una buna aventura por el centro histórico de la Ciudad de Puebla.
Por: Esteban De Carlos
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